| |
|
ABANDONO......................4
|
En las regiones del Sur, era por el contrario natural que el objeto de la experiencia más inmediata no fuera el principio solar, sino sus efectos, la lujuriosa fertilidad ligada a la tierra; que el centro se desplazase hacia la Madre Tierra como Magna Mater, el simbolismo hacia divinidades y entidades ctónicas, los dioses de la vegetación y de la fecundidad vegetal y animal, y que el fuego pasase, de un aspecto divino, celeste y benéfico, a un aspecto opuesto, "subterráneo", ambiguo y telúrico. El clima favorable y la abundancia natural debían además incitar a la mayoría al abandono, a la paz, el reposo, y a una distensión contemplativa. Así, incluso sobre el plano de lo que puede ser condicionado, en cierta medida, por factores exteriores, mientras que la "Luz del Norte" se acompaña, bajo signos solares y uranios, de un ethos viril y de una espiritualidad guerrera, de dura voluntad ordenadora y dominadora, en las tradiciones del Sur corresponde, por el contrario, a la preponderancia del tema ctónico y al pathos de la muerte y de la resurrección, una cierta inclinación a la promiscuidad, a la evasión y al abandono, un naturalismo panteista con tendencias tanto sensuales, como místicas y contemplativas.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 5 |
En las regiones del Sur, era por el contrario natural que el objeto de la experiencia más inmediata no fuera el principio solar, sino sus efectos, la lujuriosa fertilidad ligada a la tierra; que el centro se desplazase hacia la Madre Tierra como Magna Mater, el simbolismo hacia divinidades y entidades ctónicas, los dioses de la vegetación y de la fecundidad vegetal y animal, y que el fuego pasase, de un aspecto divino, celeste y benéfico, a un aspecto opuesto, "subterráneo", ambiguo y telúrico. El clima favorable y la abundancia natural debían además incitar a la mayoría al abandono, a la paz, el reposo, y a una distensión contemplativa. Así, incluso sobre el plano de lo que puede ser condicionado, en cierta medida, por factores exteriores, mientras que la "Luz del Norte" se acompaña, bajo signos solares y uranios, de un ethos viril y de una espiritualidad guerrera, de dura voluntad ordenadora y dominadora, en las tradiciones del Sur corresponde, por el contrario, a la preponderancia del tema ctónico y al pathos de la muerte y de la resurrección, una cierta inclinación a la promiscuidad, a la evasión y al abandono, un naturalismo panteista con tendencias tanto sensuales, como místicas y contemplativas.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 5 |
En lo que respecta a la visión general de la vida, los modernos han considerado como una conquista el tránsito de una "civilización del ser" a una "civilización del devenir". Una de las consecuencias han sido la valoración del aspecto puramente temporal de la realidad sobre el plano de la historia, es decir, el historicismo. Distanciado de los orígenes, el movimiento indefinido, insensato y acelerado de esto que se ha llamado justamente "fuga adelante", se convirtió el tema dominante de la ciilización moderna, a menudo bajo la etiqueta del evolucionismo y del progresismo. A decir verdad, los gérmenes de esta mitología supersticiosa aplicada al tiempo se pueden encontrar en la escatología y el mesianismo hebraico-cristiano, pero también en la primera apologética católica; esta atribuía, en efecto, valor al carácter de "novedad" de la revelación cristiana, hasta el punto que se puede ver, en la polemica de San Ambrosio contra la tradición romana, una primera desembocadura de la teoría del progreso. El "descubrimiento del hombre", propio al Renacimiento, da un terreno, particularmente fértil, donde estos gérmenes debían desarrollarse hasta el período del iluminismo y el cientifismo, tras lo cual el espectáculo del desarrollo de las ciencias de la naturaleza, de la técnica, de las invenciones, etc. ha jugado el papel de estupefaciente, ha girado las imágenes, a fin de evitar que fuera comprendida la significación subyacente y esencial de todo el movimiento: el abandono del ser, la disolución de toda centralidad en el hombre, su identificación con la corriente del devenir, a partir de ahora más fuerte que él. Y cuando las quimeras del progresismo más grosero corren el riesgo de aparecer como tales, las nuevas religioses de la Vida y del impulso vital, el activismo y el mito "faústico", acaban por facilitar otros estupefacientes, a fin de que el movimiento no se detenga sino que sea, por el contrario, estimulado, adquiera un sentido de sí, tanto en lo que concierne al hombre como a la existencia en general. Una vez más la inversión es evidente. El centro es desplazado hacia esta fuerza elemental y huidiza de la region inferior que siempre ha sido considerada, en el mundo de la Tradición, como un poder enemigo cuya sujeción y fijación en una "forma", en una posesión y en una liberación iluminada del alma, constituía la tarea de aquel que aspiraba a la existencia superior preconizada por el mito heroico y olímpico. Las posibilidades humanas que, tradicionalmente, se orientaban en esta vía de desidentificación y liberación o que, por lo menos, reconocían la dignidad suprema hasta el punto de hacer de ella la piedra angular del sistema de participaciones jerárquicas, estas posibilidades, cambiando brucamente de polaridad, han pasado en el mundo moderno al servicio de las potencias del devenir, en el sentido de algo que les dice si, ayudando, excitando, acelerando y exasperando su ritmo, viendo no solo lo que es, sino también, lo que debe ser, aquello que está bien que sea.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 13 |
Estos aspectos del nacionalismo moderno, al mismo tiempo que consagran el abandono de una unificación orientada hacia lo alto y apoyándose sobre elementos "supra-naturales" potencialmente universales, se distinguen solo por una simple diferencia de grado del anonimato propio a los ideales del Cuarto Estado y de sus "Internacionales", que niegan todo concepto de patria y de Estado nacional. De hecho, cuando el pueblo se convierte en soberano, y el Rey o el Jefe no procede de "lo alto", cuando no existe más que "por la voluntad de la nación" y no "por la gracia de Dios", este atributo, incluso cuando se conserva, no corresponde más que a una fórmula vacía; es en este momento cuando el abismo que separa del comunismo a un organismo político de tipo tradicional es virtualmente franqueado, la ruptura consumada, todos los valores quedan desplazados e incluso invertidos y no queda más que esperar que se realice, progresivamente, este estado final. Es pues, más que por simple táctica, que los dirigentes de la subversión mundial, cuya última fórmula es el comunismo soviético, tienen como principio excitar, fomentar y sostener el nacionalismo, incluso allí donde el nacionalismo era anticomunista, y parecía volverse contra ellos. En realidad ven más lejos que quienes emplearon el nacionalismo en la primera revolución, la revolución liberal, hablando de "nación" pero entendiendo por ello en realidad "anti-tradición", negación del principio de la verdadera soberanía. Perciben el momento "colectivizante" del nacionalismo, que, más allá de las antítesis contingentes, orientará finalmente los organismos que controla hacia la vía del colectivismo.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 15 |
| |
|
ABANDONOS.....................5
|
La antítesis del Norte y del Sur podría referirse igualmente a la existente entre los dos tipos primordiales del Rey y del Sacerdote. En el curso de períodos históricos consecutivos al descenso de las razas boreales, se manifiesta la acción de dos tendencias antagonistas que se reclaman bajo una forma u otra, de esta polaridad fundamental Norte-Sur. En cada una de estas civilizaciones, habremos de discernir el producto dinámico del reencuentro o del enfrentamiento de estas tendencias, generadora de formas más o menos duraderas, hasta que prevalezcan los procesos y las fuerzas que desembocaron en las edades ulteriores de bronce y de hierro. Esto no se da por otra parte solo en el interior de cada civilización particular, sino también en la lucha entre distintas civilizaciones, en la preponderancia de una o en la ruina de otra, donde se evidenciarán a menudo significados profundos reclamándose de uno o de otro de los polos espirituales y aludiendo más o menos estrechamente a filiaciones éticas que conocieron originariamente la "Luz del Norte" o sufrieron por el contrario el encantamiento de las Madres y los abandonos extáticos del Sur.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 5 |
Al mismo tiempo que el tema olímpico, Hélade conoció, bajo un aspecto particularmente típico, el tema "heroico". Igualmente distanciados de la naturaleza mortal y humana, los semi-dioses participan de la "inmortalidad olímpica", aparecen, helénicamente, los héroes. Cuando no es por la sangre misma de un parestesco divino, es decir, una supra-naturalidad natural, es la acción quien define y constituye al héroe dorio y aqueo. Su sustancia, como la de los tipos que derivaron en el curso de los ciclos más recientes, es enteramente épica. No conoce los abandonos de la Luz del Sur, el reposo en el seno generador. Es la "Victoria", Niké, quien corona al Hércules dorio en la residencia olímpica, donde vive una pureza viril que el "titánico" no alcanza. El ideal, en efecto, no es Prometeo, considerado por el heleno como un vencido en relación a Zeus quien aparece igualmente en varias leyendas, como el vencedor de los dioses pelasgos, el ideal es el héroe que resuelve el elemento titánico, que libera a Prometeo tras alinearse junto a los Olímpicos: es el Hércules antiginecocrático que destruye las Amazonas, hiere a la Gran Madre, se apropia de las manzanas de las Hespérides venciendo al dragón, rescata a Atlas - ya que no es en tanto que castigo sino como prueba que asume la función de "polo" y sostiene el peso simbólico del mundo hasta que Atlas le trae las manzanas-, que, en fin, pasa definitivamente, a través del fuego, de la existencia terrestre a la inmortalidad olímpica. Las divinidades que sufren y mueren para revivir luego como naturalezas vegetales producidas por la tierra, divinidades que personifican la pasión del alma anhelante y rota, son completamente ajenas a esta espiritualidad helénica original.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 9 |
Mientras que el ritual ctónico, correspondiente a los estratos aborígenes y pelasgos, se caracteriza por el temor a las fuerzas demoníacas, por el sentimiento penetrante de una "contaminación", de un mal que es preciso alejar, de una desgracia que es preciso exorcizar, apopompai, el ritual olímpico aqueo conoce solamente relaciones claras y precisas con los dioses concebidos de forma positiva como principios de influencias benéficas, sin ansiedad, casi con la familiaridad y dignidad de un do ut des en el sentido superior. Incluso el destino, distintamente reconocido, que pesaba sobre la mayor parte de los hombres de la edad oscura - el Hades-, no inspiraba angustia a esta humanidad viril. La contemplaba con rostro calmado. La melior spes de unos pocos se refería a la pureza del fuego, al cual se ofrecían ritualmente los cadáveres de los héroes y de los grandes en vistas a facilitar su liberación definitiva gracias a la incineración del cuerpo, mientras que el rito de restitución simbólica en el seno de la Madre Tierra, mediante la inhumación, era practicado sobre todo por las capas prehelenicas y pelasgas. El mundo de la antigua alma aquea no conoció el pathos de la expiación y de la "salvación": ignoró los éxtasis y los abandonos místicos. Sin embargo, conviene separar aquí lo que está aparentemente unido restituyendo a sus orígenes antitéticos los elementos de los que se compone el conjunto de la civilización helénica.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 9 |
Sobre este fondo de poblaciones itálicas originales, ligadas al espíritu de las antiguas civilizaciones meridionales, Roma se diferencia pues manifestando una nueva influencia que les es irreductible. Pero esta influencia no pudo desarrollarse más que a través de una lucha áspera, interior y exterior, a través de una serie de reacciones, adaptaciones y transformaciones. En Roma se encarna la idea de la virilidad dominadora. Se manifiesta en la doctrina del Estado, de la auctoritas y del Imperium. El Estado, situado bajo el signo de las divinidades olímpicas (en particular del Júpiter capitolino, distanciado, soberano, sin genealogía, sin filiación y sin mitos naturalistas), no está separado, en el origen, de este "misterio" iniciático de la realeza - adytum et inicia regis - que fue declarado inaccesible para el hombre ordinario. El imperium es concebido en sentido específico y no hegemónico y territorial, de poder, fuerza mística y temible de mando, poseído no solo por los jefes políticos (en quien conserva su carácter intangible a pesar del carácter frecuentemente irregular e ilegítimo de las técnicas de acceso al poder), sino también por el patricio y por el jefe de familia. Tal es la espiritualidad que reflejan el símbolo ario romano del fuego, la severidad del derecho paterno y, en general, un derecho que Vico pudo calificar en rigor de "heroico". En un dominio más exterior, inspiraba la ética romana del honor y de la fidelidad, tan intensamente vivida que caracterizó, según Tito Livio, al pueblo romano, mientras que el bárbaro se distinguía, por el contrario, por la ausencia de fides, por una subordinación a las contingencias de la "fortuna". Lo que además es característico entre el romano de los orígenes, es una percepción de lo sobrenatural como numen - es decir, como poder - antes que como deus, donde es preciso ver la contrapartida de una actitud espiritual específica. No menos características son la ausencia de pathos, de lirismo y de misticismo respecto a lo divino, la exactitud del rito necesario y necesitante, la claridad de la mirada. Temas que corresponden a los del primer período védico, chino e iranio así como al ritual olímpico aqueo, por el hecho que se refieren a una actitud viril y mágica. La religión romana típica desconfía siempre de los abandonos del alma y de los impulsos devocionales, y refrena, en ocasiones por la fuerza, todo lo que aleja de esta dignidad grave que conviene a las relaciones de un civis romanus con un dios. Aunque el elemento etrusco intentaba ejercer su empresa sobre los estratos plebeyos, difundiendo el pathos de representaciones temibles del más allá, Roma, en su mejor momento, permanece fiel a la visión heroica, similar a la que conoció originalmente Hélade: tuvo sus héroes divinizados, o Semones, pero conoció también héroes mortales impasibles, a quienes el ultra-tumba no inspiraba ni esperanza ni temor, nada que pueda alterar una conducta severa fundada sobre el deber, la fides, el heroísmo, el orden y la dominación. A este respecto, el favor concedido por los romanos al epicureismo de Lucrecio es significativo, pues la explicación mediante causas naturales tiende igualmente a destruir el terror de la muerte y el miedo ante los dioses, a liberar la vida, a facilitarle la calma y la seguridad. Incluso en doctrinas de este tipo subsistía sin embargo una concepción de los dioses conforme al ideal olímpico: esencias impasibles y distanciadas que aparecen como un modelo de perfección para el Sabio.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 9 |
Piénsese, en efecto, en la extraordinaria y significativa violencia con la cual Roma abatió los centros de la civilización precedente, sobre todo etrusca, a menudo hasta borrar casi enteramente todas las huellas de su poder, sus tradiciones e incluso su lengua. Como Alba, Veies - la ciudad de Juno Regia - Tarquinia y Lucumonia fueron borradas una tras otra de la historia. Hay en ello un elemento fatídico, mas "activo" que pensado y querido, por una raza que conservó siempre, sin embargo, el sentimiento de deber a las fuerzas divinas su grandeza y su fortuna. Y Capua, centro de la debilidad y la opulencia meridional, personificación de la "cultura" de la Grecia estetizada, afrodítica, que había cesado de ser doria - de esta cultura que debía sin embargo seducir y debilitar a una gran parte del patriciado romano-, Capua cae también. Pero es sobre todo en las guerras púnicas, en la forma muda de realidades y potencias políticas, que las dos tradiciones se vuelven a encontrar. Con el hundimiento de Cartago, la ciudad de la Diosa (Astarté-Tanit) y de la mujer regia (Dido) que había intentado seducir al antepasado legendario de la nobleza romana, se puede decir, con Bachofen, que Roma desplaza el centro del Occidente histórico, le hacer pasar del misterio telúrico al misterio uránico, del mundo lunar de las madres al mundo solar de los padres. Y el germen original e invisible de la "raza de Roma", da forma íntimamente a la vida, con un ethos y un derecho que consolidan esta orientación a pesar de la acción incesante y sutil del elemento adverso. En realidad, la ley romana del derecho de los ejércitos conquistadores, unido a la idea mística de la victoria, representa la antítesis más neta en relación al fatalismo etrusco y a todos los abandonos contemplativos. Se afirma la idea viril del Estado, contraria a las formas hierático-demetríacas, pero comportando sin embargo, en cada una de sus estructuras, la consagración propia a un elemento ritual y sagrado. Y esta idea fortifica el alma íntima, sitúa la vida entera sobre un plano netamente superior al de todas las concepciones naturalistas. El ascesis de la "acción" se desarrolla en las formas tradicionales, de las que ya hemos hablado. Penetra de un sentido de disciplina y de aspecto militar hasta las articulaciones de las asociaciones corporativas. La gens y la familia son constituidas según el derecho paterno más estricto: en el centro, los patres, sacerdotes del fuego sagrado, árbitros de justicia y jefes militares de su gens, de sus esclavos y de sus clientes, elementos fuertemente individualizados de la formación aristocrática del Senado. Y la civitas misma, que es la ley materializada, no es más que ritmo, orden y número. Los números místicos tres, doce, seis y sus múltiplos, están en la base de todas sus divisiones políticas.
| REVUELTA CONTRA EL MUNDO MODERNO 9 |